México es líder en destinos de turismo gastronómico de
Latino América. Contamos con más de 428,000 restaurantes. La comida
representa cerca del 30% del gasto de los turistas. El sector gastronómico
genera 1.3 millones de empleos directos y 3.3 millones indirectos. Aporta
el 1.4% del PIB nacional con un crecimiento anual de casi un 4%. Nuestro
país es el principal exportador a nivel mundial de Chile verde (700 mil
toneladas), de Aguacate (500 mil toneladas) y de papaya (ventas de 78
millones de dólares aproximadamente) esto, por mencionar algunos.
El país es famoso por sus múltiples especialidades
regionales, sus riquezas en refinamiento y finura, y sobre todo por la multitud
de ingredientes utilizados como el maíz, las judías, el abocado, la calabaza,
el tomate, las guindillas o la pava. Muchos de los platos de comida típica mexicana derivan también de recetas
precolombinas.
La gastronomía no sólo es expresión de identidad de
grupos humanos sino oportunidad para nutrir la actividad turística de México y
convertirse en un motor de desarrollo, de riqueza y de bienestar.
La cocina mexicana se caracteriza de forma primordial
por sabores intensos. Predominan
mucho más los platos contundentes y potentes de sabor que no los livianos. Eso
se aprecia tanto por las materias primas más habituales como por costumbres
gastronómicas basadas en la fuerte condimentación o en el habitual uso del
picante, por ejemplo.
Lo cierto es que México presume de una de las mejores y
más ricas gastronomías de América. Es de hecho una de las cocinas más internacionales del mundo, al nivel de
la italiana, la china o la japonesa, y raro es el país del mundo que no tiene
restaurantes mexicanos en sus ciudades y pueblos. Ahí quedan recetas de fama
mundial como los tacos, las quesadillas, las enchiladas o los burritos, aunque
lo cierto es que estos no son más que la punta del iceberg de una gastronomía
muchísimo más diversa.
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